¿Qué es la sisifemia?

La sisifemia o el “trastorno del trabajador incansable” afecta a aquellas personas con altos niveles de exigencia y perfeccionismo. Puede llegar a influir de forma negativa en nuestra salud, rendimiento y motivación.  Cumplir con las exigencias y las expectativas laborales puede provocar un agotamiento físico y mental cuando le dedicamos demasiada energía y tiempo.

Lo sufre más de la mitad de los trabajadores en España y aparece cuando las personas se plantean objetivos diarios inalcanzables.  

El nombre procede de un personaje de la mitología griega, Sísifo, al que los dioses condenaron a empujar eternamente una roca gigante cuesta arriba, sin que fuera capaz de lograr su objetivo, porque antes de llegar a la cima la roca caía por la pendiente, obligando a repetir el proceso infinitas veces. La sisifemia hace referencia a la tarea inútil, repetitiva y agotadora a la que se esta condenado a llevar a cabo por toda la eternidad. El mito de Sísifo ha sido interpretado de diferentes maneras a lo largo de la historia, y se ha convertido en una metáfora de la rutina diaria y la monotonía de la vida.

Así, aparece este nuevo trastorno laboral ya que a menudo, las personas se plantean estos objetivos diarios inalcanzables que, sumados a una alta carga de trabajo, acaban derivando en el sentimiento de no finalizar nunca las tareas. La única solución aparente, es alargar las jornadas laborales para conseguirlo. Esto, puede derivar en cuadros de ansiedad, depresión, trastornos del sueño, sensación de angustia, obsesión por el trabajo o aislamiento social, entre otras.

La sisifemia también está relacionada con la falta de variedad en las tareas laborales, la falta de reconocimiento o recompensa por el trabajo realizado, y la falta de oportunidades de desarrollo profesional.

¿Cuáles son los síntomas de la sisifemia?

Los síntomas pueden variar en intensidad de una persona a otra, pero generalmente incluyen:

  • Autoexigencia desmesurada. Metas laborales muy altas, que se consideran factibles pero realmente no lo son.
  • Perfeccionismo de manera negativa. Exhaustividad que puede generar una frustración crónica acompañada de fatiga mentall.
  • Ambición irrazonable. Entrega a la presión social que exige el triunfo o consecución del reto, que produce un estrés y decepción constante.
  • Desgaste mental y físico. Cansancio permanente provocado por la no consecución de los objetivos, que genera un resentimiento y descontento continuo.
  • Conducta antisocial. Soledad autoimpuesta ocasionada por la obsesión laboral, con el desequilibrio en el ámbito laboral y personal.

Por norma general, afecta a los trabajadores que tienen tendencias perfeccionistas y cumplidoras. Estas personas tienden a no tomar descansos durante su jornada laboral debido a las altas expectativas que se autoimponen. Esto desemboca en jornadas laborales infinitas o la necesidad de extenderlas para cumplir con sus tareas diarias. 

Cuando exigirse demasiado se convierte en un trastorno laboral, ¿Cómo evitarlo?

Establecer metas realistas, promover una cultura empresarial preventiva y aprender a gestionar el tiempo, son elementos básicos para no caer en la sisifemia.

Las empresas tienen que tener un papel proactivo para ayudar a sus empleados a vencer esta situación de constante presión y enseñarles a saber gestionarla para evitar que derive en estrés y problemas de salud más graves. 

  • Fomentar la prevención en el entorno laboral. Promover la salud física y mental de los empleados ayuda a crear una cultura empresarial positiva, lo que hace que mejore la satisfacción y la retención del talento. La prevención tiene un papel esencial. A través de flexibilidad y programas de bienestar integral, harán que mejore la conciliación y haya un equilibrio saludable entre trabajo y vida personal.
  • Reconocimiento, recompensa y retroalimentación. Reconocer el trabajo y los logros de los empleados es fundamental para aumentar su motivación y compromiso con la empresa. De esta forma, se consigue un ambiente laboral donde los empleados se sienten apoyados. Todo ello puede ayudar a prevenir la sisifemia y promover la retención del talento.
  • Objetivos realistas. Es importante que los empleados comprendan claramente cuáles son sus responsabilidades y qué se espera de ellos, evitando crear expectativas poco realistas que generen estrés y presión innecesaria. Las empresas deben comunicar claramente los objetivos del trabajo, establecer metas alcanzables y promover una cultura de apoyo y colaboración. Es importante hacerlo mediante una comunicación abierta y transparente, ya que eso les hace sentirse valorados y parte de la organización. 
  • Gestión del tiempo. Las empresas deben proporcionar a los empleados las herramientas necesarias para que aprendan a gestionar su tiempo de manera efectiva y que les permitan establecer límites saludables entre el trabajo y la vida personal. Ofrecer programas de  gestión del tiempo (técnicas de organización, métodos de planificación y estrategias para aumentar la productividad, por ejemplo) pueden ayudar a identificar prioridades, planificar tareas de manera eficiente y evitar la procrastinación. Los empleados tienen que saber cuándo es el momento de desconectar del trabajo y dedicarse a su vida personal.
  • Autonomía y flexibilidad. Permitir a los empleados tener cierto grado de autonomía y control en el desarrollo de su trabajo y ofrecer opciones de flexibilidad en cuanto a horarios y modelos de teletrabajo, puede ayudar a reducir la sensación de estar atrapado en una rutina interminable. Así, se consigue evitar la sensación de monotonía y se les da la oportunidad de adquirir nuevas habilidades y experiencias.

Conclusión

En resumen, la prevención de riesgos laborales puede desempeñar un papel importante en la prevención de la sisifemia y la promoción de un entorno laboral saludable. Al implementar medidas para evitar la monotonía y el estancamiento en el trabajo, y garantizar un ambiente de trabajo seguro y saludable, se puede fomentar la motivación, el bienestar y la satisfacción de los trabajadores.

Más allá del conocido síndrome de ‘burnout’, las empresas se enfrentan cada vez más a situaciones en las que la salud de sus empleados, especialmente a nivel mental y emocional, se ve afectada por la exigencia. 

 

“Lo perfecto, es enemigo de lo bueno