¿Qué son la ansiedad y el estrés financiero?

Se denomina ansiedad o estrés financiero cuando la persona tiene sensación de angustia o presión generada por su situación económica. Normalmente aparece cuando el contexto financiero de una persona está rodeado de incertidumbre, poniendo en riesgo pilares importantes de su vida.

La combinación de ansiedad y estrés, generalmente la asociamos con que es mala para nuestra salud. Pues sentir ambas por culpa del terreno económico también afecta en un alto grado a nuestro bienestar.

¿A qué se nos referimos con estrés y ansiedad financiera?

La ansiedad financiera es un sentimiento de angustia, preocupación, malestar o temor provocado por temas financieros o económicos como deudas, gastos, ingresos, inversiones, ahorros, etc.

En estos ámbitos de incertidumbre económica la persona que lo padece,  puede llegar a afectarle tanto a su salud mental como a su bienestar físico.

El estrés financiero es una sensación de angustia o presión generada por una situación económica. Normalmente esta situación se da cuando las finanzas de una persona están generándole incertidumbre, poniendo en riesgo pilares importantes de su vida.

Ambos términos, suelen afectar a personas que atraviesan problemas económicos, pero el estrés financiero también pueden sufrirlo personas que se preocupan de forma excesiva por el dinero. Algunas personas desarrollan patologías donde sufren una angustia constante por todo lo relacionado con su economía, incluso cuando sus fuentes de ingresos son estables y elevadas.  Son comportamientos compulsivos con el ahorro, ya que sienten que deben guardar cada céntimo y cualquier gasto adicional les provoca ansiedad. También se da en personas que tienen una mala gestión económica, ya puede estar provocada por una adicción a las compras o a gastos elevados en cosas innecesarias. La dificultad añadida es que la persona puede por ello, estar solicitando préstamos a bancos, financieras o familiares y amigos para subsanar las deudas, y el endeudamiento se hace cada vez más grande.

Principales síntomas

Cada persona puede manifestarlos de una forma distinta. No obstante, siempre hay algunos patrones que se repiten:

  • Insomnio o problemas para dormir. El hecho de darle vueltas por la noche a los problemas económicos, les impide dormir. De la misma manera, la calidad del sueño también es pobre.
  • Ansiedad y estrés. Sentirse vulnerable, estresado o tener ansiedad por los problemas financieros, también es un síntoma común.
  • Dolores físicos como cefaleas, problemas gastrointestinales o tensión alta son frecuentes en personas con estos problemas. Incluso algunas pueden padecen problemas cardíacos.
  • Inestabilidad emocional. Tienden a ser más pesimistas en general.
  • Suelen tener un carácter más irritable y todo les molesta.
  • Apatía y tristeza constantes. No tienen ganas de hacer muchos planes.
  • Tener constantemente la sensación de que vas económicamente apurado, y que no llegas a final de mes.

¿Cómo combatir o evitar el estrés y la ansiedad financiera?

Superar el estrés o la ansiedad financiera conlleva mucho tiempo y esfuerzo, pero hay maneras de abordar y evitar este problema para que afecte en menor medida a tu día a día y a tu salud mental y física:

  1. Enfréntate a tu situación económica. Tenemos que tener una una visión total y clara sobre nuestra situación financiera, ya que, por mala que sea, siempre será mejor conocerla para tomar medidas
  2. Establécete medidas: Genera metas financieras a corto, medio y largo plazo, que sean asumibles y realistas. Crear un plan que ponga fin a la mala situación actual y saber que es posible subsanarla, puede aliviar el sentimiento de angustia.
  3. Limpia tu cuenta bancaria: reduce tus deudas y gastos al máximo, e intenta deber el mínimo dinero posible a terceros.  Así, al reducir e identificar tus gastos necesarios, podrás tener una idea clara de cuánto dinero realmente dispones.
  4. Ahorra.  Da igual la cuantía, ve guardando lo que puedas, cuando puedas. Los ahorros son la red de seguridad de nuestras finanzas.
  5. Ten coherencia con tus posibilidades. Empieza a llevar un estilo de vida que se adapte a tu situación económica. Es importante no generarse expectativas inalcanzables con nuestra realidad actual y diferenciar las necesidades de los deseos.
  6. Desahógate. Buscar en estos casos ayuda profesional, o incluso hablar del tema con tus personas de confianza, es una buena forma de aliviar las malas sensaciones. Es mucho más común de lo que nos imaginamos, encontrar a personas que han pasado por una situación similar y han podido salir de ella.

“La salud es la verdadera riqueza, y no las monedas y los billetes