Nuestro comportamiento natural humano, en ocasiones, nos marca a la hora de tener un cambio de vida.

A los 20 todo vale; comemos, bebemos y hacemos lo que nos da la gana y en la mayoría de los casos, se sigue teniendo tono muscular y acumulamos poca grasa. Esto es fundamentalmente debido a nuestro nivel hormonal y que nuestro metabolismo va a mil por hora.

A los 30 es la época en la que la mayoría de nosotros nos comprometemos; nos casamos, tenemos hijos y automáticamente, empezamos a cambiar…. engordamos, se nos cae el pelo, nos volvemos más sedentarios y cometemos el error de pensar que todo vale porque ya no estamos en el mercado de la conquista.

A los 40 nos dan un toque de atención; las parejas nos insinúan de que ya no nos parecemos a la persona con la que se casaron. Esto nos lleva en algunos casos, a ponernos las pilas y empezar a intentar recuperar lo que un día somos. Y no digamos el gran porcentaje de divorcios en ese ratio de edad. Los gimnasios se llenan de personas mayores de 40 años y a mi me hace mucha gracia. Hay que salir de nuevo al mercado….

A los 50 en cambio, no hay nada asociado al comportamiento humano. Es entonces cuando realmente no hay un factor externo que nos obligue a cuidarnos. Simplemente creemos que ya es tarde. La buena noticia es que nunca es tarde si de salud se trata. Pero además, te diré que es tu última oportunidad para cambiar tu vida. Es la edad más importante y cuando es fundamental cuidarse para tener un retiro en el que lleves bici en vez de silla de ruedas, pulsera de actividad en lugar de pulsera identificativa de un hospital, etc.

“Los 50 pueden ser maravilloso y depende de ti”

¿Qué vas a hacer tú por ti mismo?