¿Cómo ser una empresa saludable?

Una empresa saludable es aquella que invierte gran parte de su tiempo y recursos en aumentar y mejorar la salud de sus empleados, haciendo más saludables sus hábitos y su entorno.

Para alinear el compromiso de los empleados con la misión de la empresa, es preciso tener en cuenta los ejes de motivación de las personas. Diversos estudios demuestran que la motivación está directamente relacionada con el aumento de la producción y el desarrollo personal y profesional.

Autores como Hezberg o McClelland explican en sus tesis como las personas motivadas consiguen llevar a cabo actividades diarias sin que éstas resulten tediosas. Según los mencionados autores, gracias a la motivación, todas estas tareas se perciben como gratificantes.

En la actualidad hay diversos programas y acciones a tomar para convertirse en una empresa saludable. Realizar retos y actividades físicas en grupo o la implementación de plataformas de bienestar corporativos son algunos ejemplos por los que empezar a trabajar.

¿Qué es una empresa saludable según la OMS?

La OMS lo define empresa saludable como el “lugar o contexto social en el que las personas participan en actividades diarias, donde los factores ambientales, organizacionales y personales interactúan para favorecer la salud y el bienestar del conjunto”.

Por tanto, una empresa saludable deberá fomentar distintos aspectos y trabajar para crear acciones dentro de los tres pilares más importantes hoy en día: Salud, seguridad y bienestar en el trabajo.

¿Qué beneficios aporta convertirse en una empresa saludable?

Convertirse en una empresa saludable aporta múltiples beneficios tanto para empresas como para empleados. Algunos de estos beneficios son:

Mejora en la salud de los trabajadores:

A mejor nivel físico y mental, menor absentismo laboral y mayor eficacia en su trabajo, ya que los empleados se sienten parte de un proyecto común.

Mejor ambiente de trabajo:

Un buen ambiente laboral es imprescindible para incrementar el sentimiento de pertenencia de los empleados y mejora de las relaciones profesionales y personales y por tanto mejora en el rendimiento.

Más compromiso, más productividad:

Cuánto mayor es el compromiso del trabajador con la empresa, mayor es el esfuerzo que realiza por lograr los objetivos comunes.

Mejora de imagen de marca en la empresa:

Una empresa que se preocupa por la calidad de vida de sus empleados se convierte en un lugar atractivo donde trabajar. Esto se transforma en la captación y la retención de su principal activo, las personas.

Entorno saludable, mayor seguridad:

Hacer entornos más saludables, da seguridad a los trabajadores brindándoles cierta protección y tranquilidad.

Además de los mencionados anteriormente, convertirse en una empresa saludable aumenta y proyecta un requisito fundamental: garantizar la calidad humana y ética.

Desarrollando distintos aspectos o metodologías para asegurar a sus trabajadores un entorno de cooperación y confianza único en su sector.

El entorno está cambiando, con mayor frecuencia las empresas promueven la cultura de empresa saludable, ya que los efectos positivos se pueden demostrar tanto en los trabajadores como en las propias corporaciones.

En el caso de los trabajadores, también hay que mencionar que la cultura de empresa saludable les permite afrontar cualquier tipo de situaciones difíciles que se les presenten (tanto laborales, como personales), además de mejorar su calidad de vida y aumentar ese  sentimiento tan necesario de formar una parte necesaria dentro de su empresa.

En el caso de las empresas, se demuestra notoriamente una reducción del absentismo laboral y un aumento del presentismo dentro de los puestos de trabajo, al mismo tiempo que mejora en grandes cantidades la eficiencia a la hora de desarrollar el trabajo diario, disminuyendo los tiempos de las tareas, incrementando la motivación y el compromiso de los empleados, y contribuyendo a atraer y retener el talento.

Todos podemos hacer mucho más de lo que hacemos y ser mejor de lo que somos

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